jueves, 19 de diciembre de 2019

En Navidad se dispara el uso de las tarjetas "revolving": deudas hasta por un 25% de interés

Llega la Navidad y con ella la temporada de mayor consumo del año. Regalos, cenas y comidas fuera de casa... y más deuda al final de mes si se tira de tarjeta de crédito para realizar los pagos. Si esa tarjeta, además, se encuentra entre las conocidas como 'revolving', ese crédito que nace por Navidad puede quedarse con usted hasta las mismas fechas del año 2026.

Las tarjetas revolving son un crédito de consumo que se instrumenta a través de ellas. Es decir, instrumentos de pago para poder aplazar las compras que hagamos

En líneas generales, es el titular el que decide qué importe pagar, pudiendo elegir entre la modalidad de pago total o pago aplazado. En este tipo de tarjetas es muy importante informarse de cómo va a amortizarse la deuda, y la primera elección es en qué plazo. Porque aquí es donde viene uno de las principales características negativas de este tipo de tarjeta.


Si se opta por el pago total en cualquier fecha que elijamos las entidades no suelen cobrar intereses. Pero si el pago es a plazos se generan intereses, los cuales suelen ser bastante altos. En términos generales, se puede reclamar los intereses, cuando son más altos de lo habitual, o no hubo transparencia a la hora de solicitar  la tarjeta (tarjetas revolving), préstamo, o microcrédito.

Estas tarjetas tienen como particularidad que el límite de crédito del cliente se regenera según este amortiza la cuota del crédito ya concedido, por lo que el préstamo acaba convirtiéndose en una especie de deuda perpetua con tipos de interés que llegan a alcanzar el 25,6% anual.

Por ejemplo, para un crédito de 1.000 euros con un tipo de interés del 25,6% y una cuota mensual de 25 euros, el periodo de amortización ascendería a 6 años y 10 meses siempre y cuando no se añadiera ninguna compra adicional (algo muy improbable). Al hacer las cuentas tras pagar la deuda, el consumidor habría pagado más de 1.000 euros en intereses sobre los 1.000 de las compras del año 2019.  Y es que  la normativa no obliga a las entidades a advertir sobre el crecimiento de la deuda pendiente o sobre los problemas que supone fijar una cuota muy pequeña. El resultado es que muchos usuarios pueden encontrarse, sin darse cuenta, en una espiral de deuda permanente.

A los intereses hay que sumar luego comisiones de emisión que pueden llegar hasta los 135 euros anuales, aunque en este caso la mayoría de las tarjetas suelen ser gratuitas precisamente como un reclamo para generar crédito. Otras comisiones habituales en estas tarjetas son las generadas por la disposición de efectivo, que pueden suponer un 4,5% del importe si este se produce a cuenta o de un mínimo de 4,5 euros para operaciones en cajeros.
 
Son ya numerosas las sentencias que han declarado la existencia de usura en los tipos de interés de las tarjetas revolving, y el problema amenaza con crecer ligado al incremento actual de la financiación al consumo y a la existencia de nuevos instrumentos financieros diferentes a las tarjetas pero con la misma filosofía de crédito.  

Nuestro consejo es: evita las tarjetas de pago aplazado, ya que te obligan a estar endeudado sin necesidad. En general, usar el pago aplazado es una opción que normalmente sale muy cara. 

Si crees que estás siendo víctima de una mala práxis o que no te han informado correctamente de las condiciones de tu tarjeta, cuenta con Acusval para gestionar tus reclamaciones.

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