La Constitución española garantiza a los consumidores sus derechos e intereses y en su artículo 51 ordena a los poderes
públicos que protejan su seguridad, su salud y sus intereses económicos, que promuevan la información y la educación de consumidores y fomenten a las organizaciones de consumidores y usuarios.
El papel del consumidor no debe limitarse exclusivamente a adquirir
bienes y servicios. Aunque la balanza de poder entre operadores económicos por un lado y consumidores por el otro está muy desequilibrada
eso no quiere decir que no existan unas reglas del juego que tienen que
ser respetadas.
Los consumidores tenemos que conocer nuestros derechos y, en ningún caso, podemos renunciar a ellos:
1. El consumidor no puede renunciar a los derechos
que tiene como tal, cualquier contrato que vaya contra ellos se
entenderá como nulo.
2. Los empresarios deben informar a los consumidores y usuarios sobre los riesgos de los bienes y servicios.
3. Se asegurará que los consumidores dispongan de información precisa para la eficaz defensa de sus derechos.
4. Los poderes públicos deben fomentar la información, formación y educación de los consumidores.
La actuación del Estado ha sido positiva a la hora de dar cumplimiento al leve esbozo que incluía la proposición final del artículo 51.2 de la Constitución Española.
Allí se dispone que los poderes públicos fomentarán sus organizaciones
(de los consumidores y usuarios) y oirán a éstas en las cuestiones que
puedan afectar a aquellos, en los términos que la Ley establezca. Al
mismo tiempo el legislador era consciente de la carencia en nuestra
sociedad de una cultura de asociacionismo en general. Gracias al
posterior desarrollo legislativo pudieron aparecer las asociaciones de
consumidores como expresión del movimiento consumerista.
El consumerismo se define como un movimiento social que tiene como
fin la modificación de las relaciones entre los consumidores y las
empresas de manera que se acredite el poder de los primeros.
Paradójicamente las asociaciones de consumidores se han agrupado en grandes federaciones de ámbito estatal o autonómico e incluso con carácter sectorial, pero el consumerismo municipalista, aquel que está más cercano a la realidad de los consumidores y usuarios, es aún un fenómeno escaso. Aquí es donde se sitúa ACUSVAL, la organización de todos los consumidores y usuarios de Valdemoro.
Celebramos el día de la Constitución por ser la base en la que fundamentamos nuestra existencia como Asociación y por ser, además la plataforma que nos garantiza seguir avanzando en nuestros derechos.
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