Espera unos minutos antes de comprar
¡Has visto una camiseta de tu serie favorita y tiene que ser tuya! ¿De veras? Antes de echarla al carro, vete a dar una vuelta, sigue comprando las cosas que necesitas y piensa: ¿Esa camiseta era una compra impulsiva?
Pregúntate: ¿De verdad necesito esto?
Es una prueba de fuego, pero la compra compulsiva se llama así por eso mismo, nos dejamos llevar por el impulso. Por ello, tenemos que usar la razón. Antes de lanzarte a por una nueva Smart TV, pregúntate: ¿De verdad tengo que gastarme cientos de euros si mi tele sigue funcionando? Creo que ya sabes la respuesta…
Planea tus compras
Es tiempo de ofertas y hay que aprovecharlo, estamos de acuerdo. Pero no es momento (ahora, ni nunca) de dejar nuestra cuenta en números rojos. Por ello, haz una lista de cosas que necesites y, venga, también date un capricho, pero ciérrala y no mires más allá. El truco está en ponerse un objetivo y ceñirse a él.
Ponte un presupuesto
Cuando vamos a comprar en rebajas, es fácil caer en la tentación. Primero coges algo de ropa, luego un aparato electrónico, aprovechas el 3×2 en aperitivos y al final te llevas un montón de cosas que están “a muy buen precio”. Pero al pasar por caja, la dolorosa asciende a muchos euros. Mejor ponte un presupuesto y, mientras compras, echa cuentas para no pasarte. Seguramente no será tan divertido, pero llegarás tranquilo a fin de mes.
Una buena forma de no ‘pasarte’ es llevar el dinero que piensas gastar en efectivo y dejar la tarjeta en casa; Al no tener contacto directo con el dinero, el pago con tarjeta hace que el consumidor muchas veces no conciba el dinero como algo real. Por lo tanto, pagar con dinero en efectivo nos hace más conscientes de cuánto nos estamos gastando.
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